sábado, 11 de octubre de 2014

Cartas a Julieta

No, no me refiero a esa película fácil de estética barata que recomiendas ver bajo una manta y acompañada de alguien con el que desearía no hacer nada más que vivir ese ahora del que hablas.

Esto más bien va #sobretí...pero ahora NO es ahora. Es necesario un día de resaca, este teatro no es apto para melancólicos. Probablemente hay una explicación científica a...

la sal que se desprende de mis ojos,
                                   a borbotones,

                                                                    en cascada,
                        inevitable,
                                 precipitada...

como fuegos artificiales de agua que explotan y se deshacen....

Es posible que exista, pero yo no se la encuentro. No es mi reacción normal ante las cosas que me gustan, aunque sea emocionalmente compleja y sensible. A menudo me reservo el llanto para una soledad más intima, pero a decir verdad...no he podido evitarlo. Normal si se entiende que has segregado todas esas sustancias químicas en mi piel que no me dejaron articular palabra y que hicieron que me enamoraras desde el patio de butacas. 

Julieta se ha dejado asomar varias veces sobre este mundo paralelo, he incluso he acusado al mundo de habérmela asesinado. Pero ayer, en esa frontera a pie de micro, comprendí ese suicidio en vivo también en mi piel. No, ayer no fui Romeo, no me dejaste más opción que ser tu Julieta, por que te regalabas de una forma tan íntima que era imposible no ser tú. No identificarse, no comprenderte, no vivenciarte. Tu Julieta estuvo viva aun después de su muerte y eso es eterno... que digo eterno, eso dura eones.

Pero no es solo eso... es como salirse del tiempo, Rosa Montero en su libro "la ridícula idea de no volver a verte" dice algo acerca de la vida y la muerte que puede asimilarse a lo que ayer nos hiciste sentir...

"Sólo en los nacimientos y en las muertes se sale uno del tiempo; la Tierra detiene su rotación y las trivialidades en las que malgastamos las horas caen sobre el suelo como polvo de purpurina. Cuando un niño nace o una persona muere, el presente se parte por la mitad y te deja atisbar por un instante la grieta de lo verdadero: monumental, ardiente e impasible. Nunca se siente uno tan autentico como bordeando esas fronteras biológicas: tienes una clara conciencia de estar viviendo algo muy grande(...) No todo es horrible en la muerte, aunque parezca mentira"

Tener una clara conciencia de estar viviendo algo muy grande...algo así, si. Y en fin...sería una ridícula idea no volver a verte...



          

1 comentario:

  1. "El velo de la noche cubre mi rostro; si así no fuera, un rubor virginal verías teñir mis mejillas por lo que me oíste pronunciar esta noche. Gustosa quisiera guardar las formas, y gustosa negar cuanto he hablado. Pero, ¡adiós cumplimientos!"

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